Nirvana de la Paciencia

marzo 09, 2007


El Tibet me llama de nuevo. Y uno de estos días de reposo, de hallarme de nuevo en mi casa, de encontrarle lugares que no conocía, de aprender, ahora sí, en dónde se guarda la cacerola y en dónde pone Lex la jarra del agua, me acordé que en el Antiguo Colegio de San Ildefonso iban a exhibir la muestra "Reliquias del Tibet". Y era el último de sólo 5 días. Así que el martes, todavía con el paquetito de kleenex en mano nos fuimos al Centro.

Era la 1:30 pm y la fila para entrar daba la vuelta a la manzana. Martes, a medio día, no eran vacaciones escolares y mucho menos día festivo... ¿qué hacía tanta gente ahí? Formados bajo el sol en los tramos descubiertos y congelándose a la sombra al dar la vuelta a la cuadra. No era la comunidad budista –cuando mucho ví a 2 monjes y unas 6 señoras "disfrazadas" (como dice Lex) con turbantes o atuendos hindi-mex. La entrada era gratuita, pero ¿y eso qué? también los domingos entra uno gratis a los museos.


Al ver el tumulto, pensamos en tomar el tiempo que tardaríamos en llegar a la siguiente esquina para poder calcular la espera... Y nos entretuvimos. Lex leyendo el periódico, buscando una mochila, viendo los puestos de sombrillas, chanclas y piratería de todo tipo. Yo entraba y salía de las tiendas de regalos y las de piedras y material de joyería. Y nos mirábamos y decíamos... "Pues vamos a esperar otro rato".


Y el rato fue de 4 horas y media.

Nadie se desesperaba, todas las caras eran de un tranquilo cansancio. Lex y yo bromeábamos sobre este ejercicio voluntario de paciencia... Seguramente al llegar a la puerta nos dirían : "Felicidades. Esta era una prueba de paciencia y ritual de iniciación. Ya pueden formar parte de la comunidad de budistas tibetanos de México".

Detrás de mí había una señora con 4 niños de unos 8 o 9 años, cargando mochilas y loncheras. Todos platicando y riendo, sin quejarse. Y ninguno de nosotros sabía bien a bien lo que íbamos a ver. Solamente un señor ya grande que comentaba "Esto ya no lo van a volver a traer... Somos privilegiados de que hayan traído la muestra a México". Sonaba muy exclusivo, importante y tal... pero nadie explicaba de qué se trataba.
Yo imaginaba una exposición de arte, con estupas, budas, mandalas, hermosas tangkas y banderitas de oración... Pero fue algo totalmente distinto. Y totalmente mejor.

Llegamos a la puerta de San Ildefonso y apenas era la mitad del recorrido. Faltaba caminar 15 filas más que seseaban hasta la entrada al patio. Ahí pasamos poco más de 20 personas y pensamos que la espera había terminado. Pero no. Al subir las escaleras al primer piso, todo el pasillo estaba tapizado de gente, formados de 4 en 4. Esperando a dar toda la vuelta hasta la diminuta sala Octavio Paz.

Uno de los voluntarios de Casa Tibet México se acercó a explicarnos el sencillo 'protocolo' que había que seguir al llegar a la sala: "Al llegar toman el cuenco de agua y lo vierten sobre un pequeño Buda Sakyamuni (Siddharta, el Buda histórico) que se encuentra en un platón de cristal; esto es símbolo de purificación... Dejen ahí todo aquello negativo que vienen cargando, los obstáculos, los odios... Hay que dar vuelta a la mesa en donde están las reliquias en sentido de las manecillas del rejoj –como se camina en una estupa o un templo budista– y por favor no se detengan. Pueden tomar fotografías sin flash. Al final de la mesa, un Maestro o monje budista les colocará sobre la coronilla una pequeña estupa dorada y pronunciará un mantra de bendiciones para ustedes. Muchas gracias por la larga espera que han tenido que pasar". Eso era todo. Y el ritual no tomaría más de 2 minutos.


Esta muestra incluía reliquias que vagaban por el mundo, reunidas especialmente y por única vez para este 'tour' mundial con el fin de que pudieran llevarlas a la mayor cantidad de gente, en la mayor cantidad posible de países. Porque luego de este viaje, las reliquias serán depositadas en un Buda gigante al Norte de India, en lo que será el centro budista más grande del mundo, con aeropuerto, hospitales, escuelas, proyectos de desarrollo sustentable para los lugareños, proyectos ecológicos, etc. Es el Proyecto Maitreya (el Buda del futuro), en el que están involucrados arquitectos, ingenieros, ecologistas y voluntarios de todo el mundo.

¿Y las reliquias qué? ¿Será que la curiosidad es la que sustentó la espera de más de 4 horas? ¿Sería algo así como de Ripley y esta gente viene por morbo? ¿Será que alguna fueza extraña los atrajo como el cuento del Flautista de Hamelin?

Las reliquias eran más de 1,000 fragmentos, de 33 Maestros budistas de todos los tiempos. Y no eran objetos, cabellos, uñas del dedo gordo, ni hilitos de su roja túnica. Eran blanquísimos cristales en forma de perla o de pequeños arroces que habían quedado entre las cenizas de estos Maestros después de su cremación. Eran un regalo extraordinario, que iba más allá de las leyes naturales, cargado de energía y bondad para el mundo. Un regalo que estos seres tan avanzados en el manejo de la mente y el alma nos habían dejado como muestra del estado de iluminación que habían alcanzado.


Algunos dicen que son curativos, que se siente una vibra especial cuando se está en presencia de ellos, que de dan 'buena suerte'. Para el mundo budista, son algunos de los objetos más sacros que existen en nuestra civilización.


Entre emocionados, cansados y al mismo tiempo, como si lo hubiéramos hecho ya muchas veces, Lex y yo tomamos el cuenco y vertimos el agua sobre el pequeño Buda con su pequeño dedito apuntando hacia el cielo, prediciendo su Iluminación. Caminamos alrededor de la mesa desde cuyo centro nos observaba un hermoso Buda Maitreya, cubierto por una sombrilla dorada, rodeado de flores y velas.
Vimos de cerca los cristales, en preciosos contenedores de metal y cerámica, adornados con piedras y oro, protegidos por exhibidores de vidrio bien iluminados. Llegamos hasta otra pequeña fila en donde nos esperaba un monje, sin embargo, nos pideron pasar a la siguiente fila, la de Marco Antonio Karam, director de Casa Tibet México. (Como en el catolicismo... el "padrecito" es lo de menos... es sólo el "intermediario" - Pero Marco Antonio ya tiene también su rango de Maestro, aunque lo hacían de menos por no tener rasgos tibetanos).

Marco Antonio colocó la pequeña estupa sobre nuestras cabezas y nos regaló un mantra de bendición. Mis manos se juntaron en oración por sí solas.


Y nos sentimos mucho más cerca de todo aquello en lo que creemos - y de lo que no sabíamos que creemos.


Dentro de la pequeña estupa dorada, estaban guardadas las reliquias de Buda. El Buda histórico, Siddharta –El que muchos afirman, pudo haber sido la misma persona de Jesús. O uno la reencarnación de otro... Él. Sus reliquias. Sobre mi cabeza.


Al regresar al patio, nos obsequiaron una pequeña bolsita con agua dorada, del mismo color que la del cuenco para bañar al Buda. Como agua bendita. Sólo un símbolo.


El regreso en metro fue en silencio, sólo algunas miradas de complicidad seguido de estúpidas sonrisas. Agradecimos haber comido algo, antes de salir de la casa. Pero creo que hasta el hambre se nos había quitado.


Al final valió la espera, no la pena... porque fue una espera de paz.


Y al llegar a la casa un mensaje para Lex en la contestadora... Al parecer una posibilidad de oferta de trabajo. ¿Efecto de las reliquias? Pronto lo averiguaremos...

Yo por lo pronto sigo trabajando, porque al día siguiente me cayó chamba.

10 cosas que aprendí de H...

marzo 05, 2007


Pues ya estoy en el reposo absoluto (bueno, casi: "descansando haciendo adobes", diría mi papá - o algo así, porque la bendición de la chamba me persigue). Fuera del catártico catarro (el pleonasmo es a propósito) que me dió desde el miércoles pasado, cuando les dejé este mail a mis ex-compañeritos de trabajo, hoy veo que todo pinta muy bien en mi vida! - ya escribiré sobre los nuevos proyectos, planes y "clientes".

Les dejo mi 'top 10' con las cosas más valiosas que me llevé de "allá", porque, como ya dije, son muchas muchas muchas, pero siempre hay unas cosas más importantes que otras:

10 COSAS QUE APRENDÍ DE H...

1. Se dice "batería" no pila, se dice "compartimiento" no compartimento y se dice "peón" no ficha. Y los padres desmañanados una madrugada del 6 de enero, en verdad agradecerán que el producto esté completo, funcione bien y que las instrucciones sean claras.

2. Si tu dirección de correo es .MX porque no estás en la red, acostúmbrate a que nadie te va a copiar - y no es en mala onda, sólo que es más fácil escribir "Todos México" que buscar la tecla de la arroba para escribir "caraiza@h...".

3. Cuando te preguntan en dónde trabajas y dices "H..." acostúmbrate a que no te van a entender. Hay que aclarar "es de juguetes", "son los juguetes que anuncia Chabelo" o (peor aún) "es la competencia de M...".

4. Cuando pasas por una juguetería y te detienes a acomodar el producto... o tienes muy puesta la camiseta... o tienes un desorden obsesivo-compulsivo (después de algunos años, es fácil terminar en este punto).

5. Cuando alguien de Merca dice "necesito algo sencillo", respira y prepárate para lo peor - y si dicen "¡quedó padrísimo!" NO bajes la guardia: espera un maravilloso "Pero... ¿no podrías cambiarle...?"

6. Sí Armando, sí hay una Mac en Servicios Creativos - ya sé que parece frigobar y que a mi mouse le faltan los botones (ahora los 2, ahora no sólo el derecho), pero sí es una computadora - ¡y no le hacen nada los virus!. Y el monitor que a todos les gusta NO me lo pusieron sólo porque combina con la compu.

7. Cuando pretendas dar tu opinión personal, NO lo hagas a través del correo corporativo bajo ninguna circunstancia, ni siquiera copies a los que crees que son tus amigos. Y si de todos modos lo haces, será inútil evadir a los paparazzi - ¡acostúmbrate a la fama y confía en tus habilidades de comunicación!

8. Los valores de H son 9. Sí son 9. Yo me los aprendí muy bien y ustedes ya se los deberían de saber (o no sirvo para hacer campañas de comunicación interna). Pero los verdaderos ejemplos de los valores trabajan en H y tienen nombre - y están en todos lados, en todos los niveles y haciendo todo tipo de trabajo - esos son los valores a los que vale la pena hacerles promoción ¿y por qué no? promoverlos también.

9. La gente es gente. Mete la pata, se le va la onda, dice cosas que no quería decir o las dice en formas que no son las adecuadas, a veces viene de malas, a veces le duele algo, a veces lo que necesita son vacaciones, unas porras o un apapacho. Y aunque en el logo de H la sonrisa parezca que va a ser eterna, no le exijamos a todo mundo que siempre nos ponga su mejor cara (son humanos, no logos).

10. Cuando la gente dice "¡seguimos en contacto!" y te pide tu e-mail, seguramente es para que su audiencia de "forwards" crezca - quizás no precisamente para saludarte de vez en cuando, pero si éste es el caso, agradeceré infinitamente seguir en contacto con ustedes.

Y bueno, perdón por los nombres que omití a los que no les va a llegar este mail - pero como yo no tuve el privilegio del "Todos México"...

Un abrazo de sincero agradecimiento a todos ¡¡¡y mucha luz en sus vidas!!! para que de verdad hagan sonreír al mundo.

Namaste.

::claus::